Intervencions en la Junta d'Accionistes del Banc BBVA 2019
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PRIMERA INTERVENCIÓ A LA JUNTA D'ACCIONISTES DEL BANC BBVA 2019 (Vídeo)
Buenos días Sr. Presidente, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.
Soy Maria de Lluc Bagur y hablo como miembro de la campaña Banca Armada, promovida por SETEM, Centro Delàs de Estudios por la Paz, Justícia i Pau, l’Observatori del Deute en la Globalització, FETS i AA-MOC.
Les hablo en representación de 31 accionistas, que un año más, nos han delegado un total de 639.447 acciones para intervenir hoy en esta junta y denunciar las inversiones en empresas de armamento que sigue realizando el BBVA y dar a conocer a todas las personas presentes en esta junta las consecuencias de dichas inversiones.
Seguro que recuerdan que el año pasado, y también el anterior, les hablamos de la implicación del BBVA en una de las mayores tragedias humanas de nuestra época. Pues vamos a tener que repetirlo: el BBVA está financiando, a través de sus inversiones en empresas de armamento y de control de fronteras, el drama de las personas refugiadas, que cruzan el mediterráneo huyendo de la violencia y la destrucción de conflictos que, por cierto, también ustedes están financiando.
Entre los años 2013 y 2018, el BBVA ha financiado con 105.962.350euros en créditos a Airbus Group y ha emitido bonos y pagarés de esta empresa por valor de 215.773.651 euros. Airbus es una empresa dedicada a la fabricación de los circuitos de misiles Trident, aviones de combate, aeronaves, helicópteros y misiles militares.
En el mismo período, su banco ha destinado 160.287.366 euros a créditos y 14.723.204 euros a bonos y pagarés de la empresa Leonardo (antigua Finmeccanica), empresa que ha empleado esta cantidad de dinero para la fabricación de aviones de combate, vehículos aéreos no tripulados para usos militares, sistemas de misiles (incluidos los nucleares), torpedos de artillería naval y vehículos de transporte de un misil balístico intercontinental.
Estas empresas están exportando armas a Oriente Medio y al Norte de África, armas que hacen escalar la violencia de los conflictos armados de estos territorios y aumentan la inseguridad de las personas que viven allí, provocando que se vean obligadas a abandonar sus hogares y a buscar refugio en otros países. En los últimos años, la cifra de desplazamientos forzados se ha incrementado muchísimo y ya se contabilizan más de 70 millones de personas desplazadas.
Seguramente muchos de ustedes saben que el BBVA no ha cambiado ni un ápice su política de inversión en este sentido. De hecho, el BBVA, un año más, lidera el ranquing de la banca armada española con 2.679 millones de euros invertidos en este tipo de empresas entre en los últimos cinco años. Empresas que fabrican armas nucleares, misiles, explosivos, armas ligeras, balas, helicópteros militares, aviones de combate o electrónica militar, entre otras.
Pero este año, ademàs, vamos a tener que hablar de las empresas implicadas en la construcción de la Valla de la Frontera Sur que, como saben, está diseñada, concretamente, para evitar la entrada de las personas refugiadas en territorio europeo.
La industria del control migratorio reporta importantes ganancias a empresas financiadas por el BBVA. Empresas armamentísticas y de seguridad venden equipos de control de fronteras para evitar la entrada de las personas en busca de asilo en territorio de la UE, produciendo un todavía mayor sufrimiento en sus arriesgados intentos de atravesar en manos de mafias unas militarizadas fronteras en el Mediterráneo y en el Este de Europa.
En este sentido, el BBVA ha destinado 7.686.541 € a fondos de inversión de Indra, la principal empresa española de tecnología militar quesuministra seguridad inteligente para las fronteras.
Sr. Presidente y miembros del Consejo de Administración, tienen ustedes en sus manos la decisión de dejar de financiar esta tragedia. Millones de vidas dependen de ello.
Sres. y Sras. accionistas, es su dinero el que se está invirtiendo en la fabricación de armas. Pueden cargarlo sobre su consciencia, o pueden exigirle al BBVA que deje de hacerlo.
Buenos días Sr. Presidente, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.
Soy Jon Narváez y hablo como miembro de la campaña Banca Armada, promovida por SETEM, Centro Delas de Estudio por la Paz, Justícia i Pau, l’Observatori del Deute en la Globalització, FETS i AA-MOC.
Les hablo en representación de 31 accionistas que, un año más, nos han delegado un total de acciones 639.447 para intervenir hoy en esta junta y denunciar las inversiones en empresas de armamento que sigue realizando el BBVA y dar a conocer a todas las personas presentes en esta junta las consecuencias de dichas inversiones.
Nos encontramos en un momento de especial amenza para el conjunto de la humanidad. Recientemente, los gobiernos de Estados Unidos y Rusia han anunciado su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), un histórico acuerdo de desarme firmado en la Guerra Fría, que sirvió para alejar de Europa los misiles de crucero de tierra con un rango de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Las consecuencias humanas y medioambientales de un estallido nuclear serían catastróficas; la muerte y la destrucción se extenderían en un radio mucho más amplio del que provocaron las detonaciones en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, además de afectar severamente al cambio climático y causar miles de desplazamientos forzosos de población hacia zonas seguras.
Sin embargo, entidades bancarias como el BBVA están financiando a empresas que diseñan, mejoran o fabrican las armas nucleares. Empresas que no podrían fabricar estas armas sin la inversión de los bancos. Ante la escalada de tensión en el panorama geopolítico internacional, es muy irresponsable hacer negocio con la inseguridad e inestabilidad global. El crecimiento económico a toda costa de su entidad conduce a financiar proyectos que atentan contra la vida en el planeta.
Durante el periodo 2013-2018 el BBVA ha apoyado con 1714 millones de euros a empresas de armamento nuclear.
La organización PAX, en su reciente investigación Don’t Bank on the Bomb ha identificado 20 empresas que estan relacionadas con el negocio de las armas nucleares, ya sea en su diseño, mantenimiento o en la modernización del arsenal nuclear. De estas 20 empresas, se han identificado 7 que han sido financiadas por el BBVA: Aecom, Airbus, Boeing, BWX Technologies, General Dynamics, Hoenywell International y Jacobs Engineering.
Por mencionar dos ejemplos, durante este período, el BBVA ha financiado aAecom con 298.416.093 euros en créditos y 290.515.625 euros en bonos y pagarés. La empresa Aecom forma parte del grupo de empresas que está dirigiendo los laboratorios de pruevas de armas nucleares de Estados Unidos y que es responsable del diseño y fabricación de los sistemas electrónicos, mecánicos y estructurales para las armas nucleares. Sin el trabajo de Aecom los planes de modernización para el arsenal de armas nucleares de Estados Unidos no podrían llevarse a cabo.
El BBVA también ha financiado a Boeing con 259.147.647,38 euros en créditos y 135.452.281 euros en bonos y pagarés. Estamos hablando, señores y señoras, de la empresa que mantiene el operativo del Minuteman III, los misíles nucleares intercontinentales de Estados Unidos. También es la misma empresa que està produciendo partes de la nueva B61-12, la principal bomba termonuclear del arsenal de armas nucleares de los Estados Unidos (destinadas a ser desplegadas en Europa).
Señor presidente, miembros de la Junta, señores y señoras accionistas, las inversiones que una entidad bancaria como la suya hacen en las empresas que diseñan y producen armas nucleares contribuyen a mantener y modernizar dichas armas, para que sean cada vez más letales y devastadoras.
Señores y señoras presentes en esta junta, el BBVA juega un rol fundamental en el mantenimiento de las armas nucleares. Es por este motivo que estamos hoy en esta junta, para pedir que el BBVA deje de financiar a las empresas que están fabricando armas nucleares. Pedimos al BBVA que actúe de manera responsable y deje de ser en parte responsable de una cada vez más factible amenaza nuclear que, en un inestable contexto político mundial, puede llevar al mundo a un enfrentamiento en el que la tragedia de Hiroshima y Nagasaki pueda repetirse.