Nota de prensa de la junta de accionistas del Banco Sabadell 2015

ONG intervienen en la Junta de Accionistas de Banco Sabadell en protesta por sus inversiones en armamento


Banco Sabadell mantiene unas inversiones de cerca de 29 millones de dólares en empresas productoras de armas nucleares desde enero de 2011.
El Centre Delàs d'Estudis per la Pau, Justicía i Pau, SETEM,  l’Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y el Colectiu RETS (Respostes a les Empreses Transanacionals) instan a la entidad financiera a dejar de participar en el negocio de las armas.


Sabadell, 28 de mayo de 2015. - Un grupo de ONG, formadas por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Justícia i Pau, SETEM, l’Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y el Colectiu RETS (Respostes a les Empreses Transanacionals) han intervenido hoy en la Junta General de Accionistas del Banco Sabadell, celebrada en la capital vallesana, para instar a la entidad a reflexionar sobre su significativa participación en la industria del armamento en el mundo.

Los activistas han denunciado que Banco Sabadell mantiene unas inversiones de cerca de 29 millones de dólares en empresas productoras de armas nucleares desde enero de 2011, según el informe de la ONG PAX Don’t bank on the bomb, que ofrece una radiografía global de la financiación del armamento nuclear.


Además, el Banco Sabadell ha apoyado en los últimos años, a través de la concesión de créditos, a algunas importantes empresas de armamento como Maxam, Indra o Instalaza. En el caso de Maxam, Banco Sabadell mantiene un crédito sindicado por un valor total de 195 millones de euros. Esta compañía está dedicada a la fabricación de todo tipo de explosivos, balas, granadas, munición de mortero, armamento aéreo, bombas de aviación convencionales, etc.


Banco Sabadell mantiene también desde diciembre de 2008 un crédito de un millón de euros con Indra, una empresa que desarrolla múltiples aplicaciones para vehículos militares, desde aviones hasta submarinos de combate. Finalmente, la empresa Instalaza destinó un crédito del Banco Sabadell a producir bombas de racimo, inmediatamente antes de su prohibición en 2008. Estas bombas contribuyeron a la guerra de Libia, ya que fueron lanzadas por el ejército de Gadafi sobre la población civil de Misrata durante el año 2011.

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