Intervención 1 Junta Accionistas BBVA (13 marzo 2020 Bilbao)
Buenas tardes Sr. Presidente, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.
Soy Eduardo Aragón y hablo como miembro de la campaña Banca Armada, promovida por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, SETEM, Justicia i Pau, l’Observatori del Deute en la Globalització, FETS, Alternativa Antilmilitarista MOC, Col·lectiu RETS y la Fundació Novessendes.
Les hablo en representación de 26 accionistas críticos con su política de inversiones, que un año más, nos han delegado un total de 386.852 acciones para alzar nuestra voz hoy en esta junta y denunciar así las inversiones en empresas de armamento que siguen realizando ustedes en nombre de esta institución financiera.
Queremos aprovechar esta intervención para hablar sobre su propia política de inversiones en materia de defensa, que se vanagloria de seguir un buen criterio de ISR. Leo textualmente su documento:
“Normas de actuación en materia de defensa
Exclusión que se aplica a todas las unidades y filiales del Grupo BBVA, incluidas las entidades gestoras. Para su aplicación, utilizamos listas de compañías y países elaboradas y actualizadas periódicamente por un asesor experto independiente.
-No invertirá ni ofrecerá servicios financieros a empresas relacionadas con armas que se consideran controvertidas: minas antipersonas, armas biológicas, armas químicas, armas de racimo y armas nucleares.”
Sin embargo, señores y señoras accionistas, si se leen con atención estas normas, se dice que, “la propiedad, producción, proliferación y uso de armas nucleares están estrictamente regulados y supervisados a través del TNP (Tratado de No Proliferación). Como parte de este tratado, se acepta que China, Francia, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos produzcan y estén en posesión de armas nucleares.”
Lo que no contempla esta norma de seguridad es que las demandas de la comunidad internacional en materia de armamento nuclear han cambiado. Estas demandas son ya hechos para las decenas de países que han firmado y ratificado ya el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que sí que pretende eliminar la amenaza del arsenal nuclear. Este Tratado se abrió a firma en la sede las Naciones Unidas, el 20 de septiembre de 2017. Una vez que 50 países lo hayan ratificado o se hayan adherido a él, entrará en vigor. Será probablemente, y solo si eso ocurre, el momento en el que BBVA deje de financiar a la industria nuclear gracias al buen juicio legal de su asesor experto independiente.
Señoras y señores del consejo de administración, las armas nucleares son siempre extremadamente peligrosas y nocivas para la vida en la tierra las produzca quién las produzca, las posea quién las posea o las regule el Tratado que las regule. ¿Se imaginan las consecuencias de la magnitud de un accidente con este tipo de arsenales? Las mascarillas que estamos viendo estos días por las calles no nos protegerán.
Shorting our security: Financing the companies that make nuclear weapons, publicado en junio de 2019 por PAX, Profundo y ICAN, dice que el BBVA ha invertido recientemente 2,528.2 millones de dólares en General Dynamics.
Sr. Carlos Torres, esta empresa de armamento tiene una serie de contratos relacionados con componentes clave para el mísil nuclear Trident II que comparten el Reino Unido y Estados Unidos. El contrato inicial de 28,2 millones adjudicado en 2015 ha sido modificado repetidamente entre 2017 y 2018 para llegar hasta una cifra de 155,6 millones.
Además, su filial, General Dynamics Electric Boat, recibió un contrato por el valor de 43,4 millones de euros en septiembre de 2017 para la integración del kit de Sistema de Apoyo Estratégico de Armas del Reino Unido en la balística de sus submarinos de misiles nucleares. En 2018 este contrato fue modificado significativamente, hasta alcanzar la cifra de 414 millones euros. Además de a General Dynamics su banco también ha financiado a otras empresas involucradas en la fabricación de armamento nuclear como Aecom, Airbus Group, Boeing o Honeywell International.
Sr. Torres y miembros del Consejo de Administración, tienen ustedes en sus manos la decisión de dejar de lucrarse con la decisión de financiar a estas empresas.
Sres. y Sras. accionistas, es su dinero el que se está invirtiendo en la fabricación de armas nucleares, las más devastadoras en cuanto a impacto medioambiental, material y humano que se hayan fabricado jamás. Pueden cargar este hecho sobre sus consciencias, o pueden exigirle al su banco que deje de hacerlo. Ustedes deciden.