Crónica de las intervenciones en la Junta de Accionistas del Banco Santander 2015
Un año más, la campaña Banca Armada y Banco Santander Sin Armas han intervenido en la Junta General de Accionistas del Banco Santander de 2015, la primera que se celebra con la nueva dirección del banco. El objetivo ha sido, una vez más, instar a la entidad financiera a que modifique su política de inversión y financiación de la industria de armamento. Los dos activistas que acudieron a la Junta centraron sus intervenciones en cuestiones como el apoyo financiero a las empresas de armamento, y en inversiones controvertidas como el proyecto Jaitapur en India y el proyecto de las represas del Río Madera en Brasil.
Vídeo de la primera intervención: https://www.youtube.com/watch?v=CIjRdGpGWnw
En la primera intervención, María de Lluc Bagur denunció los negocios controvertidos que el Banco Santander tiene en India y Brasil e instó la dirección a respetar los derechos humanos de las personas que se ven afectadas por estas inversiones. Primero nos encontramos con el Proyecto Jaitapur a cargo del gigante nuclear francés AREVA, al que el banco Santander ha dado 500 millones de euros junto con otras entidades para construir la mayor central nuclear del mundo. Tanto el Gobierno indio como entidades implicadas en el proyecto han confirmado que la construcción de la central nuclear tiene relación directa con el hecho de que países vecinos posean armas nucleares, formando así parte el proyecto de la escalada nuclear asiática. Segundo, la activista pidió cuentas a la señora Botín sobre la financiación que proporciona el Banco Santander al proyecto de las represas del Río Madera en Brasil, que vulnera los derechos de las poblaciones indígenas de la zona.
Vídeo de la segunda intervención: https://www.youtube.com/watch?v=HF0jg3AyQDA
En la segunda intervención, el activista José María Moya pidió cuentas sobre los 1.323 millones de euros en créditos y bonos concedidos por el Banco Santander a empresas de armamento hasta ahora, y denunció los 3,06 millones de euros que recibió en 2013 Boeing - el segundo mayor fabricante del mundo de aviones y abastecedor de helicópteros al ejército de Israel. Recordó a la señora Botín que, con este tipo de inversiones, el Banco Santander es la segunda entidad financiera española que mayor capital destina a la industria armamentística. Desde el año 2005, la entidad española ha invertido al menos 1.723 millones de euros en apoyar a empresas fabricantes de armas. Según el informe Don’t bank on the bomb, de la ONG PAX, en el mes de julio del año pasado, el banco Santander destinó 106 millones de dólares a financiar la compañía Finmeccanica. Esta empresa está acusada de proveer de armas al Gobierno de Gadafi y se relaciona con WASS (whitehead underwater systems), el líder global de todos los sistemas de armas bajo el agua. También el año pasado, el Banco Santander firmó un préstamo de 138 millones de euros con la empresa Thyssenkrupp, una compañía alemana que produce submarinos para la marina de Israel, preparados para transportar cabezas nucleares.
Vídeo de la respuesta: https://www.youtube.com/watch?v=mO7O8iOJzZg
Como respuesta a las intervenciones de los activistas, Ana Botín retomó el discurso que había dado el año anterior su padre, rechazando todo lo expuesto y contestando lo habitual: el Banco Santander “respeta las convenciones y tratados relativos a la no proliferación del armamento prohibido, demás normativas, y todas las directrices internacionales de control en esta materia”. Además, como el año pasado, la presidenta volvió a afirmar que su banco no financia bombas de racimo ni nucleares —aunque los activistas no hicieron referencia a este tipo de armas, prohibidas por tratados internacionales. Sobre sus inversiones en India y Brasil, se limitó a negar la participación del banco en el proyecto Jaitapur, y afirmó haber puesto en marcha un plan de acción para la gestión de los impactos sociales y ambientales del proyecto Río Madera, sin contestar a la pregunta de María de Lluc Bagur sobre si sigue financiando el proyecto de represas en Brasil.
En definitiva, la nueva presidenta del Banco Santander, Ana Botín, sigue en la línea que marcó su padre, negando sus inversiones en la industria militar y eludiendo contestar a las preguntas de los activistas.