Crónica de la participación a la Junta de Accionistas de CaixaBank

La campaña Banca Armada y Caixabank Sin Armas han participado una vez más en la Junta General de Accionistas de CaixaBank, que se ha celebrado en Barcelona el jueves 23 de abril de 2015. La delegación de más de 14.000 acciones nos ha dado voz ante los responsables y accionistas de esta entidad bancaria, con el objetivo de denunciar las inversiones de Caixabank en armas y otros negocios controvertidos.

Vídeo de la intervención:https://www.youtube.com/watch?v=T-2vUxpwG-o



 

En la intervención, Chloé Meulewaeter ha denunciado que Caixabank se haya convertido en uno de los primeros financiadores de la industria armamentística en España, lo que muestra una grave incoherencia con la Obra Social de La Caixa y con la normativa relativa a la financiación del sector armamentístico hecha pública en su informe corporativo integrado de 2013 que estipula que: “CaixaBank, de acuerdo con su Código de Valores Éticos y Principios de Actuación y sus valores corporativos, no participará en operaciones de financiación o exportación de material bélico de uso militar. La entidad excluye también cualquier tipo de relación comercial con empresas relacionadas con la producción o comercialización de minas antipersonas y/o bombas de fragmentación”.


 

Sin embargo, CaixaBank tiene participaciones accionariales de 13 empresas militares que producen sistemas de combate y armamento, equipos electrónicos y de comunicación militar, ingeniería aeronáutica militar o componentes de aviones de guerra. También, CaixaBank ha concedido créditos totalmente inaceptables desde el punto de vista ético, a través de La Caixa o Banca Cívica, a algunas de las empresas de armas más importantes de este país. Tales son los casos de Indra, Maxam e Instalaza.

Vídeo de la respuesta:https://www.youtube.com/watch?v=HhyTNL20p6M


En el turno de respuesta, el presidente de CaixaBank negó que su entidad financiara ningún tipo de empresas de armas, refiriéndose a la política de financiación del sector armamentístico a la que, supuestamente, se somete el banco; y afirmó que “nosotros, no nos dedicamos a fabricar armas, ni a exportar armas”. A continuación, el señor Fainé quiso hacer hincapié en el compromiso social de la entidad a través de su Obra Social La Caixa, e invitó a Chloé Meulewaeter a que sea voluntaria de La Caixa, lo cual sigue mostrando la profunda incoherencia de CaixaBank, que por un lado trata de tener un impacto social positivo mientras por otro lado financia empresas armamentísticas, por tanto se puede considerar un actor más de ciclo militar-industrial español. Mientras esto siga sucediendo, el activismo accionarial seguirá presente con el objetivo de despertar cada vez más conciencias sobre un asunto que ya no es tan desconocido para la sociedad civil.

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